Nació el 10 de marzo de 1969 en el barrio Botijas #1 de Orocovis.

 

Ángel Rivera se dedicaba a la construcción, nunca estudió arte ni tomó clases de talla.  Fue para el año 1999, aproximadamente, a sus 32 años de edad que la talla llega a su vida y comienza a practicarla. No tenía a nadie que le enseñara ni lo guiara, Ángel aprendió mirando y practicando; es un tallador innato.  Se inició en talla como un pasatiempo, miraba a los talladores y compraba piezas para apreciar el arte, luego regresaba a su casa a practicar con un pedazo de madera y una cuchilla.  Actualmente lleva 16 años como artesano.

 

Sus primeras tallas fueron reyes magos. En sus comienzos realizaba sus tallas para obsequiarlas y de la misma forma ir perfeccionándose.  Hoy día Ángel, se dedica a la talla de santos, reyes magos y vírgenes.  Además, recientemente ha incursionado en la talla de estampas, como la del Sr. Teodoro Vidal. Sus mentores dentro de la talla han sido los artesanos Josué Rosado de Toa Alta y José Luis Peña de Orocovis.

 

Su primera exposición fue en el pueblo de Aguada y su primera experiencia en una feria fue en la 25ta edición del “Encuentro de Santeros” de la familia Avilés en Orocovis. Desde entonces se ha mantenido participando de la misma.

 

Ángel Rivera ha ganado 9 primeros lugares y se mantiene participando en todos los certámenes de talla y de talla en vivo que lo invitan. Su primer premio en un certamen fue en Dorado con la talla de San Antonio de Padua, donde obtuvo un tercer lugar.

 

Algunos certámenes donde ha quedado primer lugar han sido:

 

         1er lugar con la “Virgen de la Monserrate” en Hormigueros y con la misma talla consecutivamente en el pueblo de Aguas Buenas.

 

         1er lugar en la Feria de Plaza Las Américas con la talla del “Beato Charlie”.

 

Sus premios más recientes:

 

         1er lugar con la talla de la “Virgen de la Sagrada Familia” y el “San José” en Aibonito 

 

El certamen más significativo para Ángel, ha sido la talla de Santa Ana Triple, en San Patricio Plaza en el pueblo Guaynabo.    Para esta talla él estuvo más de dos meses preparando la pieza,  cuando logra finalizarla se le cae y se rompe.  Comienza a restaurarla con la idea de que no obtendría ningún lugar, pero logró armar la pieza como si no le hubiera sucedido nada; obteniendo en la misma el segundo lugar.